Scrolleas TikTok y te topas con el mismo patrón: alguien frente a la cámara diciéndote que no compres ese producto viral. Que la crema de 50 dólares no vale la pena. Que el must-have del mes pasado ya está en el olvido. Bienvenido al deinfluencing, el movimiento que promete salvarte del consumismo... mientras te vende otra cosa.
Y no, no es cinismo barato. Es la nueva evolución del juego.
De "cómpralo todo" a "no compres nada" (pero sí esto)
El deinfluencing nació como reacción al hartazgo. Después de años de hauls interminables, unboxings patrocinados y codes de descuento en cada bio, la Gen Z empezó a cansarse. ¿Realmente necesito un sérum de caracol coreano para existir? Spoiler: no.
Entonces llegaron los creadores "honestos". Los que te dicen la verdad. Los que no están vendidos (hasta que lo están). Y así nació un nicho entero: videos desmontando productos, exponiendo marcas, recomendándote no gastar en cosas innecesarias.
El problema es que muchos de esos videos terminan recomendándote algo más. "No compres X, mejor compra Y." Y adivina: Y también es un link de afiliados.
El giro irónico: ahora la autenticidad también se monetiza
Aquí viene el glitch. El deinfluencing se vendió como el antídoto al marketing tradicional, pero en realidad es marketing disfrazado de transparencia. Porque decirle a alguien qué no comprar sigue siendo influir en su decisión de compra. Solo que ahora con un halo de "te estoy cuidando".
Y funciona. Porque la Gen Z valora la autenticidad por encima de todo. Pero las marcas ya lo saben. Por eso ahora contratan influencers para hacer deinfluencing de la competencia. Es el marketing en su forma más evolucionada: hacerte sentir que no te están vendiendo nada mientras te venden todo.
¿Es malo? No necesariamente
Mira, no todo es conspiración. Hay creadores que genuinamente quieren ayudarte a ahorrar dinero y evitar decepciones. El problema es que el sistema siempre encuentra la forma de cooptar lo auténtico. Lo que empieza como crítica termina siendo nicho rentable.
El deinfluencing tiene valor cuando te ayuda a pensar antes de comprar. Cuando te hace cuestionar si de verdad necesitas esa cosa o solo la quieres porque la viste 47 veces en tu feed. Pero cuando se convierte en otra estrategia más para que hagas clic en un link... entonces solo cambió el packaging.
La verdadera rebelión no está en TikTok
Si quieres escapar del ciclo, la respuesta no está en seguir a otro influencer más "honesto". Está en desconectar el piloto automático. En no necesitar validación externa para cada compra. En entender que el consumo consciente no se trata de comprar "mejor", sino de comprar menos.
Porque al final, el glitch no está en el sistema. Está en creer que alguien en internet tiene la respuesta de qué deberías o no comprar.
¿Tú qué opinas? ¿El deinfluencing te ayudó a consumir menos o solo cambiaste de marcas?

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