La Economía de los Creadores parece ser la utopía del emprendimiento digital: cualquiera puede monetizar su talento en TikTok, YouTube o Twitch. Pero esta nueva economía, valorada en cientos de miles de millones de dólares, está construida sobre una base precaria y tiene un jefe invisible: las Plataformas.
El Rey Algoritmo y el 1% de los Creadores
Aunque hay millones de creadores, solo un pequeño porcentaje (el 1%) gana lo suficiente para vivir de ello. Para el resto, es un trabajo extra no remunerado que enriquece a las plataformas. El sistema está diseñado para que todos sigan persiguiendo la zanahoria de la viralidad, lo que genera contenido constante y gratuito para las empresas.
El creador no es dueño de su audiencia; el Algoritmo lo es. Si TikTok o YouTube cambian una línea de código, el sustento de un creador puede desaparecer de la noche a la mañana. El creador se convierte en un trabajador gig glorificado, que asume todos los riesgos (agotamiento, inversión de equipo, burnout) mientras la plataforma se queda con la mayoría de las ganancias por publicidad.
Del Hustle a la Precarización de la Creatividad
La solución que se ofrece es la diversificación de ingresos (patrocinios, merch, membresías). Pero esto solo significa que el creador tiene que hacer más trabajo, más hustle, para mantener el mismo nivel de ingresos. La creatividad se convierte en un producto precario.
La verdadera autonomía en la Economía de los Creadores solo llegará cuando se construyan herramientas y plataformas que permitan a los creadores ser dueños de su audiencia y sus datos. Hasta entonces, la mayoría vivirá bajo las reglas del Capitalismo de Plataforma, donde el sueño de ser jefe de uno mismo es solo el adorno de una nueva forma de explotación.

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