Esta semana se hizo público un dato que duele si estás metido en tech: una oleada de despidos masivos sacude desde startups hasta gigantes consolidados. Y el recorte no es casual: tiene mucho que ver con la recalibración del hype de IA.
La lógica suena dura, pero real: muchas empresas invirtieron fuerte en IA —hardware, talento, proyectos ambiciosos— asumiendo una demanda explosiva. Pero cuando la expectativa choca con la realidad económica (tasas altas, mercados volátiles, incertidumbre), esos costos pesan demasiado.
Para muchos trabajadores jóvenes, creativos, desarrolladores, este giro implica reajustes drásticos. Pero también obliga al sector a replantear qué tan “esencial” es la IA para la operación real, y qué proyectos sobreviven al filtro de rentabilidad.
En lo simbólico, estos despidos marcan un despertar: la ilusión de crecimiento infinito se encuentra con los límites del capitalismo global. Y eso nos pega, nos cuestiona: ¿vale la pena seguir apostando todo por la moda de la IA?
¿Cómo crees que este recorte afectará a la comunidad tech-Gen Z que viene empujando desde abajo?
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