¿Te imaginas una galleta inspirada en el Upside Down? Bueno, eso ya es una realidad: Chips Ahoy acaba de lanzar una edición especial de galletas blandas negras con centro rojo, todo muy Stranger Things para enganchar con la Gen Z.
Marketing con sabor a nostalgia
La movida no es casual. Netflix está estrenando la nueva temporada de Stranger Things, y Mondelez (dueños de Chips Ahoy) aprovechó para hacer una collab potente. Esa galleta no solo es un snack, es un mensaje: “te atrapamos con lo nostálgico, pero también con algo completamente inesperado”.
Para muchos de nosotros que crecimos viendo Stranger Things en el streaming, la estética oscura + roja de la galleta es un golpe directo a la nostalgia, mezclado con el vibe misterioso de la serie. Y sí, funciona: la Gen Z no es tonta, sabe cuándo es puro marketing y cuándo hay auténtica conexión con su cultura.
¿Es solo otra campaña viral?
Claro, en el fondo es una campaña. Pero esta es una que entiende bien a su público: no solo tira galletas, sino storytelling. No es solo “compre esta galleta”; es “únete al mundo de Stranger Things a través de un snack”.
Además, se apoya en TikTok e Instagram para amplificar la nostalgia. Esa estética ochentera+oscura encaja perfecto con reels temáticos, unboxing, reseñas y videos de “probando la galleta Upside Down”.
Pero no todo es corazón suave
No faltan críticas: algunos usuarios dicen que es una jugada de “nostalgia barata”, que están vendiendo ideas más que galletas. Otros ponen el dedo en el hecho de que, al final, es un producto ultraprocesado vestido de serie de culto.
Y claro, existe la reflexión: ¿hasta qué punto la cultura pop se está convirtiendo en empaque para productos? ¿Y si la próxima colaboración es algo que ni siquiera resuena con la Gen Z, pero la van a lanzar igual porque “vende”?
¿Por qué a la Gen Z le late tanto?
Porque para nosotros, consumir no es solo comprar algo rico: es parte de la identidad. Una galleta con temática de Stranger Things no es solo un snack; es un momento cultural, un meme, una conversación. Nos gusta que las marcas “nos entiendan”, que hablen nuestro idioma nostálgico, que jueguen con nuestras referencias.
Además, en tiempos en que todo es efímero (trends, series, memes), esta galleta es una forma tangible de conectar con algo grande: un universo ficcional, un sentimiento, una comunidad.
Entonces te pregunto: si vieras esas galletas en el super, ¿te las comprarías solo por fanatismo? ¿O crees que esto es puro entretenimiento convertido en marketing?
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