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¿Tu jefe será un algoritmo? El futuro (no tan lejano) de la supervisión por IA

Circuitos integrados con las letras AI en uno de ellos


“Tienes un 15% de latencia en tu última tarea. Necesitas optimizar tu rendimiento en el siguiente sprint.” Este no es un mensaje de tu jefe, sino de tu Sistema de Gestión de Rendimiento Algorítmico (SGPA). Bienvenido al futuro (y presente) del trabajo, donde la Inteligencia Artificial ya no solo te ayuda a escribir correos; ahora también te está vigilando y, en muchos casos, calificando tu valor como empleado.

Para la Gen Z, que ya está entrando de lleno al mercado laboral, el concepto de un jefe humano puede estar a punto de convertirse en una reliquia. Lo que está en auge es la supervisión algorítmica. Y no me refiero a un sistema de relojes checadores, sino a una IA compleja que monitorea, analiza y, lo más preocupante, predice tu desempeño. Esto es un glitch ético enorme que tenemos que empezar a discutir.

El Ojo que Todo lo Ve (y lo Puntúa)

La supervisión algorítmica va más allá del clásico control de actividad en la computadora. Empresas de logística, call centers y servicios de reparto llevan años usándola. Por ejemplo, en el sector Gig Economy, una IA es la que decide las rutas, el tiempo de entrega y si un conductor es “eficiente” o no. Pero ahora, esta tecnología está escalando a trabajos de cuello blanco.

Según la última ola de reportes sobre el tema (que puedes encontrar en Wired o TechCrunch), las herramientas de IA son cada vez más usadas para:

  • Análisis de Sentimiento: Escanean correos y mensajes de Slack para medir tu nivel de estrés o compromiso.
  • Micro-Monitoreo de Tareas: Registran la velocidad con la que alternas entre programas, el tiempo que tardas en abrir un documento y la rapidez con la que respondes.
  • Evaluación de Reuniones: La IA "asiste" a tus videollamadas, analiza quién habla más, quién propone soluciones y quién es un "participante pasivo".

El punto no es solo que te vigilen, sino que la IA genera una Puntuación de Empleado. Esta métrica, que es un número frío y sin contexto, puede ser usada para decidir ascensos, salarios, o incluso despidos. Y ahí es donde el asunto se pone turbio.

El Dilema de la 'Caja Negra' y el Sesgo No Humano

Imagina que tu rendimiento es calificado bajo. Pides una explicación a tu supervisor humano y este se encoge de hombros: "Lo dice el sistema". Aquí tenemos el primer problema ético: la falta de transparencia.

Muchos de estos algoritmos son "cajas negras". Sus creadores no revelan exactamente qué variables pesan más o cómo se llega a la puntuación final. ¿Se te penalizó porque tardaste 5 minutos más en responder un correo, o porque la IA detectó un patrón de "bajo compromiso" basado en un sesgo inconsciente en los datos con los que fue entrenada? Es imposible apelar una decisión de la IA si no sabes cómo tomó esa decisión.

Además, estos sistemas están diseñados para la máxima eficiencia, no para la humanidad. El algoritmo no sabe que tu "baja latencia" se debió a que tuviste que ir al doctor, o que el "bajo sentimiento" en tu Slack fue porque estabas lidiando con un problema personal. Para el código, solo hay entradas y salidas. La empatía es un bug en el sistema algorítmico.

La Respuesta Gen Z: ¿Boicot o Adaptación?

La Gen Z, que valora el equilibrio entre trabajo y vida personal (el famoso work-life balance) y que es la generación más consciente de la vigilancia digital, se encuentra en la encrucijada.

Hemos visto ya las primeras formas de resistencia: el uso de VPNs o herramientas para simular actividad en el teclado (los llamados 'mouse jigglers'). Pero la verdadera adaptación será entender cómo "jugar" con el algoritmo. Si la IA valora la respuesta rápida, responderán rápido. Si valora cierta terminología, la usarán.

La realidad es que el futuro del trabajo no es sobre si habrá IA, sino sobre quién la controla y con qué ética. Si la IA se convierte en el jefe supremo, necesitamos reglas claras, auditables y humanas para asegurar que estos sistemas no generen un nuevo tipo de explotación laboral, donde la eficiencia prime sobre la salud mental y el bienestar.

¿Estás listo para que tu próximo jefe no tenga cara, sino código? ¿Crees que la supervisión algorítmica es inevitable o es solo una fase que las empresas tendrán que modular con un poco de humanidad?


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